DE LAS TIRAS CÓMICAS A LA REALIDAD.....“MAS QUE UN SUPERMAN”
Mientras sentada y bien acomodada en la calidez de mi hogar veía en la T.V, la históricamente famosa película de “Superman” y en esta ocasión una de sus versiones más reciente titulada “Superman Regresa”, escuché repetidas veces la frase “Siempre estaré cerca”, palabras que el indiscutiblemente apuesto superhéroe le ofrecía a la reportera que ablandó su corazón de acero, la bella Lois Lene, en respuesta a la interrogante de que si su protector regresaría a verla en algún otro momento.
Superman, el hombre de acero, vista de rayos x, quien nunca miente, cuya fuente de energía es el sol y su gran debilidad es la kriptonita, es el héroe imaginario que tal vez la necesidad del corazón de su inventor Jerry Siegel gritaba suplir por ser hijo de judíos inmigrantes y perder a su padre a muy temprana edad al ser asaltado y darle un ataque al corazón por el susto. Quién sabe si él prefirió ignorar o posiblemente imitar la realidad y eligió crear al hombre de capa roja y mayas azules que solo podía habitar en su imaginación y en la mente de aquellos que creen que la “Metrópolis” en su ciudad y el “Planeta” es el periódico de mayor circulación.
Yo igual que Jerry, creador junto a Joe Shuster de esta fascinante historia que cautivó no solo a los niños, sino a personas de todas las edades, me vi en la misma necesidad de tener un héroe invencible ante mis enemigos que me protegiera, pues mi alma lo clamaba ensordecedoramente, pero existe una marcada diferencia y es que yo no tuve que inventar a mi superhéroe, ya que frente a mí se presentó uno que no era el producto de mi imaginación, que me sacó de un pozo de desesperación, me libró de una muerte segura que mi iniquidad había comprado y me sanó de mis enfermedades. Yo he escuchado y me parece casi vivir una de sus más grande hazaña por salvarme, cuando estando un día el mundo al borde de su fin, él subió a lo más alto de un lugar llamado Gólgota, con el peso en su espalda de todos los más indescriptibles pecado de toda la humanidad y al derramar de su costado agua y sangre puso término a las enfermedades. Eso es un héroe, ese es mi héroe, su nombre sobre todo nombre es, se llama JESÚS, el Cristo. Su padre lo envió a la tierra en una humilde nave que atravesó los cielos, un dulce vientre de mujer. Mi héroe es el todopoderoso y no se oculta detrás de unas simples gafas, pero puede vérselo muchas veces con un rostro humano. Mi héroe es Jesús que con sus ropas teñidas en sangre me recuerda que nunca ha perdido una batalla. Él está conmigo y de él no puedo ocultarme, pues su vista de rayos X es tan penetrante como las llamas del fuego y para ellas ni el acero son impedimento. No necesita del sol para alimentarse, pues ante su rostro este queda pequeño, aun cuando resplandece en su fuerza. Quiero decirte que mi superhéroe tiene una palabra poderosa, más que cualquier espada de doble filo y hasta la tempestad le obedecen. En él no hay mentira, pues es el Fiel y Verdadero.
La realidad es que tal vez superman pudo convertir de hijo a padre, pero solo Jesús pudo hacerlo de Padre a Hijo y a su vez de Hijo a Padre.
No estoy sola, ni tu tampoco. Jesús siempre está, no solo cerca, sino conmigo.

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