¡No Te Rindas!
La primera reacción del ser humano cuando todo sale mal y su alrededor los acusa, es rendirse. Generalmente las personas deciden renunciar después de una serie de situaciones en la vida en las que entiendes que los recursos, fuerzas y oportunidades de triunfar se han desvanecido en medio de la lucha que una vez iniciaron. Se sienten solos y olvidados. Es lógico, porque en medio de la prueba lo que predomina es la dificultad. Todo se vuelve oscuro y sin salida, parece que el grito de desesperación nadie lo percibe y el ahogo nadie lo rescata.
Todo lo anterior es lo que exactamente Dios te dice que rehúses y rechaces en tu vida. La renuncia, la fatiga y el cansancio no son parte del individuo que ha decidido avanzar y alcanzar sus sueños.
Hemos escuchado muchas historias de perseverancia y esfuerzos para alcanzar las metas deseadas como las que citamos ahora:
· Luís Pasteur no descubrió la penicilina en su primera muestra.
· Nehemías construyó los muros de Jerusalén en 52 días enfrentando en ellos amenazas de muerte, distracciones y guerras.
· La NASA no llevo un hombre a la luna con la primera nave construida.
· Benjamín Franklin tuvo agotar cientos de intentos para que el para-rayos funcionara.
· Moisés esperó 40 años para ver de lejos la tierra prometida.
· Los patriotas dominicanos no obtuvieron la independencia con el trabucazo. Tuvieron que librar varias batallas para ello.
· Fue una lucha pacifica la que condecoró a Martín Luter King con el premio Nobel de la Paz en 1964, y su gran labor crucial la que nos permite hoy disfrutar de las relaciones inter-raciales y el derecho civil que tuvieron inicio en los Estados Unidos.
· Bill Gates creyó en una nueva tecnología que cambiaría el mundo, cuando nadie más lo hizo.
· Los grandes predicadores de multitudes tuvieron que adiestrarse en la soledad y el servicio para poder hoy ser escuchados.
· Los mejores músicos debieron pasar horas de prácticas detrás de sus instrumentos.
De todas estas historias de perseverancias mencionadas todavía hay una que les sobrepasa a todas. Esa es la tuya. Tuviste que correr junto a otros miles mas de espermatozoides para que ocurriera contigo el milagro de la vida, luego esperaste nueve meses mas en el vientre de tu madres para salir de allí, y mas aún pasar un sin número de situaciones para mantenerte en pie hasta el día de hoy.
Se que hay momentos en que piensas que ¿cómo es posible mantener la fe y la permanencia cuando todo es un desastre? Pues escucha lo que tiene la palabra que aportar con respecto a esto.
Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos…
(Éxodo 14:14)
Este versículo te recuerda que Dios es quien pelea tus batallas y libra tus luchas y temores. Lo que enfrentas a diario para cumplir tus sueños, metas y propósitos de Dios en ti, solo son las pequeñeces que él sabe puedes y tienes la capacidad de enfrentar. Dios no te da mayor carga que la que no puedas llevar.
Cuando este texto se refiere a la palabra “TRANQUILOS” lo hace como sinónimo de confianza, seguridad, serenidad, paz, sosiego y reposo que solo se puede alcanzar al reconocer que el fuerte y valiente, Jehová varón de guerra, es quien esta por ti llevando tus cargas.
Entonces Jehová dijo a Moises: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen. (Exodo 14:15)
El versículo anterior hace una salvedad para que no vayas a confundir la palabra “TRANQUILO” ni a ninguno de sus sinónimos con inercia o inactividad. Observa que Dios da una orden al pueblo de que marchen justo después de que les dijo tranquilos. Dios no quiere confundirte, sino más bien aclararte que él quiere que avances en la vida, que libres batallas, que enfrentes pruebas, que alcances sueños, pero sabiendo que él está contigo y no te deja solo.
No te desanimes en el día malo.
No te rindas ante las dificultades.
No desmayes frente a los obstáculos.
Recuerda que Dios pelea por ti,
Pero te dice: avanza,
No te detengas hijo mío.
–MARCHA-.
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