Auxilio Señor, Me Ahogo En El Océano de Mi Pasado.

Más de seis ocasiones fue el número de veces que tuve al perder la vida ahogada en diferentes situaciones. De todas ellas hay un recuerdo que no varía, y es la impotencia que sentía al no  poder salvar mi propia vida ante toda esa agua que quedaba en un instante sobre mí.

Pero eso solo era un ahogamiento físico.  ¿Cuantas personas son ahogadas diariamente por ese pasado que atormenta su presente, matando su futuro o haciéndolo infructuoso?. ¿Ese pasado que parece cada día un océano que los arropa?. Hay un enemigo del ser humano que ama a Dios, un acusador, padre de mentira, dígase Santanas quien quiere traer ese pasado a tu diario vivir para martirizarte.

El apóstol Pedro también se vio confundido en un momento, y estando en una barca desconoció el rostro de aquel que seguía a diario. Al igual que sus compañeros confundió a Jesús con un fantasma. No fue suficiente escuchar a Jesús decirle que era él, Pedro con todo eso le pidió que lo hiciera caminar sobre las aguas para comprobar su identidad. Cuando Pedro escuchó el llamado de Jesús, inmediatamente salió de la barca y comenzó a caminar sobre las aguas. Era increíble para él, pero lo estaba haciendo. No pasó mucho tiempo para que Pedro se acordara de lo inclemente que era el mar. Recordó con la experiencia que tuvo como pescador que aquellas olas podían ahogarlo en tan solo un segundo. Fue ese pasado que lo turbó a tal punto que dejó de ver el rostro de aquel que le había otorgado el poder de hacer cosas sobrenaturales y comenzó a vivir otra vez en lo que había quedado atrás.

Como a Pedro se que muchos quedamos atrapados en medio de las olas del pasado, pero Dios quiere que recuerdes que él te ha redimido, pagando un alto precio por ti. También anuló aquella acta de decreto que te era contraría y exhibió públicamente a tu enemigo, para que él no pueda engañarte ni acusarte más. Santanas solo puede usar tu vida pasada para sobornarte cuando lo tienes oculto, pero si ya Dios perdonó todo aquello que hubo en ti, no dejes que el enemigo lo use para culparte, úsalo tu como testimonio del cambio que Dios ha hecho en ti. Por eso el testimonio es poderoso. Habla de las grandezas de Dios en tu vida.
Ten pendiente que solo el pasado puede separarte de Dios, por eso, los que vivimos en Dios estamos en un activo presente y esperamos un glorioso futuro.

Al Jesús extender sus manos hacia nosotros, nos afirma en su poder y calmando la tempestad nos hace sentir muy seguros.

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