Tu abundancia será mayor que tu
desierto
Génesis  41:42
Entonces Faraón quitó su anillo de su mano, y lo puso en la mano de José, y lo hizo vestir de ropas de lino finísimo, y puso un collar de oro en su cuello.   

Trece años de pruebas. Trece años de escasez y necesidades diversas, necesidades emocionales y físicas.  Trece años en un desierto difícil de entender para quien lo había tenido todo, antes de que ese proceso iniciara. Trece años sin soñar, y 11 sin  interpretar más sueños.
Estoy hablando de José, el penúltimo hijo del patriarca Jacob, y favorito a sus ojos, por ser el primogénito de la mujer que amó hasta la muerte.
José pasó de vestir una linda túnica de colores a vivir el desprecio y rechazo de sus hermanos, verse metido en un pozo, ser esclavo, acusado falsamente de violación, y como si fuera poco, preso por un crimen no cometido.
La actitud de José ante su desierto de trece años, no está escrita, pero si descrita, pues encontrar favor ante los ojos de los que fueron sus amos, explica claramente, que no fue un perezoso, amargado y quejumbroso joven que vivió su proceso por obligación. No, José puso su mejor cara ante las dificultades. Si, dejó de sonar por un tiempo, pero nunca dejó de creer en el dador de los sueños.
Los años de José en su desierto no pueden compararse con las grandes bendiciones venideras para él y toda su casa, incluyendo a los hermanos que lo vendieron (instrumentos sin ellos saberlo de la dicha de su hermano José). 
Era mucho más la prosperidad futura que la escasez vivida, y es que fue en ese desierto donde aprendió a ser el gran administrador que necesitaba Egipto para ese momento. Su tiempo de estrechez fue la escuela para saber manejarse en su tiempo de abundancia.  
Es importante aprender a no cortarle al proceso, ni disminuir el tiempo en el desierto, pues estaríamos cortando literalmente  nuestras bendiciones.
Lo que recibo de Dios para ti en este día, es que no llores en tu desierto, no te quejes de tu prueba, no menosprecies tu proceso, pues es en él que Dios está puliendo a la persona capaz de administrar la gran abundancia en la que pronto serás colocado.
Escucha bien. Dios no desea que llores más la túnica de colores que te fue quitada, pues Dios tiene para ti: anillo, ropas de lino finísimo, collar de oro y honra.
Dios te está capacitando para que en un lugar específico se necesite tu capacidad, habilidad, y experiencias adquiridas en ese desierto que menosprecias.
No preguntes más: ¿hasta cuándo?, pues la respuesta es: ¡Hasta que estés list@”
No repulses tu desierto, aprende que sin pozo, esclavitud, difamación, y encarcelamiento, es imposible llegar a la promoción. Tu abundancia será mucha más grande que tu desierto.
Con amor,
Judith Girón
    

Comentarios

  1. Amen, amada pastora muy bella re flexion, no importa donde te encuentre cual sea tu situacion el Dios que desclaro una palabra sobre tu vida y la de tu familia, el la cumplira, porque el no miente,no importa ,la carcel donde este, el desierto y la piedra que este cruzando. el te sotendra de la mano y te provvere pan en medio de tu desierto,,y dara la orden a la peña para saciar tu sed.
    que Dios la siga bendiciendo de maera en abunadacia pastora.

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