VERDADERO DIAMANTE:
El génesis de un diamante es un pedazo de carbón ubicado a grandes profundidades, donde las altas temperaturas y presiones lo forman en una de las rocas más dura que existen. Emerge del suelo cuando una explosión volc
El génesis de un diamante es un pedazo de carbón ubicado a grandes profundidades, donde las altas temperaturas y presiones lo forman en una de las rocas más dura que existen. Emerge del suelo cuando una explosión volc
ánica lo impulsa al exterior, donde es tomado por el minero, quien luego lo limpia de los fenómenos volcánicos al que siempre viene ligado.
Lo que se busca en un diamante es que brille, que muestre fuego, osea, los diversos colores del espectro de la luz, y que centelle, que no es más que la aparición en abundancia de puntos de luz que resplandecen cuando se mueve la gema, el observador o la fuente de luz. Para lograr esto, muchas veces hay que sacrificar el peso, debido al intenso pulido al que es sometida la piedra.
La palabra diamante viene del griego "adámas", que significa "inalterable" o "invencible".
Cuando me refiero a verdaderos Diamantes es que Dios en 1Co. 1:27b me dice "y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte;". Nosotros eramos un pedazo de carbón (deformados, toscos, feos, débiles, con tinte y ollìn) listos para ser desechados, pero Dios en su horno nos expuso a grandes presiones y temperaturas para hacernos fuerte, listos para en medio de las situación más difícil hacernos emerger. Aunque aveces golpeados por la prueba, Dios viò en nosotros esa esquinita con luz que dejamos visible y expresamos en medio de la explosión. Luego nos toma en sus propias manos e inicia el proceso de intenso pulido; sacrificando tal vez muchas cosas de aparente valor, pero al final obteniendo el producto deseado. Un producto que al conocer verdaderamente a Dios, lo muestre con abundante fuego, pasión y entrega. El Cristiano Diamante llenan el lugar donde se mueven o hay observadores y necesitados de la presencia de Cristo y deja conocer a Cristo por medio de su vida.
El diamante siempre está en las manos de los poderosos, pero nosotros estaremos en la mano del Gran Poderoso como anillo de sellar.
Te insto a no quedarte con el nombre de diamante en bruto, pues eso es un sencillo carbón, sino por el contrario, a procurar ser un verdadero diamante, diáfano, duradero y constante.
Y recuerda que Dios no te escoge por lo que eres, sino por lo que pronto serás en El, con su forma y brillo.
ATT: Judith Giròn. Mensaje del 6 de agosto 2012 campaña juvenil "Reflejando a Cristo" Iglesia Esmirna. (Gracias a los hnos. por la invitación).
Lo que se busca en un diamante es que brille, que muestre fuego, osea, los diversos colores del espectro de la luz, y que centelle, que no es más que la aparición en abundancia de puntos de luz que resplandecen cuando se mueve la gema, el observador o la fuente de luz. Para lograr esto, muchas veces hay que sacrificar el peso, debido al intenso pulido al que es sometida la piedra.
La palabra diamante viene del griego "adámas", que significa "inalterable" o "invencible".
Cuando me refiero a verdaderos Diamantes es que Dios en 1Co. 1:27b me dice "y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte;". Nosotros eramos un pedazo de carbón (deformados, toscos, feos, débiles, con tinte y ollìn) listos para ser desechados, pero Dios en su horno nos expuso a grandes presiones y temperaturas para hacernos fuerte, listos para en medio de las situación más difícil hacernos emerger. Aunque aveces golpeados por la prueba, Dios viò en nosotros esa esquinita con luz que dejamos visible y expresamos en medio de la explosión. Luego nos toma en sus propias manos e inicia el proceso de intenso pulido; sacrificando tal vez muchas cosas de aparente valor, pero al final obteniendo el producto deseado. Un producto que al conocer verdaderamente a Dios, lo muestre con abundante fuego, pasión y entrega. El Cristiano Diamante llenan el lugar donde se mueven o hay observadores y necesitados de la presencia de Cristo y deja conocer a Cristo por medio de su vida.
El diamante siempre está en las manos de los poderosos, pero nosotros estaremos en la mano del Gran Poderoso como anillo de sellar.
Te insto a no quedarte con el nombre de diamante en bruto, pues eso es un sencillo carbón, sino por el contrario, a procurar ser un verdadero diamante, diáfano, duradero y constante.
Y recuerda que Dios no te escoge por lo que eres, sino por lo que pronto serás en El, con su forma y brillo.
ATT: Judith Giròn. Mensaje del 6 de agosto 2012 campaña juvenil "Reflejando a Cristo" Iglesia Esmirna. (Gracias a los hnos. por la invitación).
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